Llevo tiempo escuchando y leyendo noticias sobre los funcionarios: que si son necesarios, que si hay demasiados, que si son unos gandules, etc. Esta iniciativa de arremeter contra el funcionariado ha partido de la clase política y ha sido secundada por una parte de la población, creando un debate bastante animado. El fin está claro, el político quiere privatizar servicios, entregando la gestión a sus amigotes.
Aquel que haya trabajado en una empresa privada, sabe que hay un control sobre los trabajadores, hay que rendir cuentas de lo que se hace y el desayuno no puede durar más de 25 minutos. ¿por qué no se hace lo mismo en la administración? Tal vez los jefes estén en sus empresas privadas trabajando o bien les interese que no funcione bien la cosa para justificar una privatización.
Si hay demasiados funcionarios o no, realmente no lo se, hay estudios que dicen que sí, otros que dicen que no, depende de quien los firme. Lo que sí es cierto es que hay administraciones que se las ven para sacar el trabajo adelante y otras que no. Si hay que hacer una reestructuración, que se haga, que los de arriba vean las necesidades y traten de ponerle solución.
Podríamos seguir discutiendo sobre el tema, pero creo que la razón más importante para que existan funcionarios es la independencia que tiene la administración. El funcionario está respaldado por tener una plaza fija. Si mañana un político le obliga a firmar algo, puede negarse sin miedo a perder su trabajo, aunque probablemente lo envíen al sótano. Sin embargo, el contratado, firmará todo aquello que le diga su jefe, por miedo a perder su trabajo.
No perdamos el norte, el político trata de desviar la atención sobre lo que hace y quiere hacer culpables de su mala gestión a los funcionarios y personal que trabaja para la administración, como si fuésemos nosotros los que robamos, favorecemos a amigos, cobramos comisiones, etc.
¡Funcionarios sí!
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